El abecé para acortar las brechas de rindes en soja.
El desafío actual de la agricultura y del rol del agrónomo está relacionado con alcanzar altos rindes de los cultivos en cada ambiente productivo. En este sentido, el ambiente, entendiéndose como la combinación de recursos para el crecimiento vegetal, impone un límite máximo en la productividad. Conocer cuán lejos estamos de dicho máximo es lo que se conoce como brecha de rendimiento y proporciona una idea de las posibilidades para aumentarlos a través del manejo agronómico. De esta forma, el departamento de desarrollo de GDM, mediante el proyecto “Ambientación”, que realiza experimentación en campos de productores, cuantificó las brechas de rindes del cultivo de soja en las diferentes zonas productivas de la Argentina, Paraguay, Uruguay y de Bolivia.
Los resultados mostraron que hay un margen del 26% para crecer en productividad y para cada ambiente en particular, la correcta elección de la genética podría incrementar los rendimientos alrededor de un 13%. Sin embargo, el conocimiento profundo del ambiente y su interacción con la genética pueden contribuir aún más a las mejoras en los resultados. De esta forma, a una escala regional, GDM se encuentra identificando y cuantificando distintos parámetros climáticos, edáficos y técnicos responsables de la variabilidad en los rindes de soja.
Dentro de estos factores moduladores del rendimiento, algunos son fácilmente manejables por el productor, como la elección de la fecha de siembra y/o la dosis de fósforo a aplicar, mientras que otros, como la textura del suelo o la presencia tosca, difícilmente puedan ser modificados por el agricultor. Nuestro objetivo es brindar herramientas para adaptar el planteo agronómico en base al tipo de limitante, donde la elección y el correcto manejo agronómico de la genética pueden contribuir a sortear dicho obstáculo.
El proyecto Ambientación incluye, además, mapear la variabilidad dentro de los lotes, de manera de conocer los ambientes que lo conforman, identificando “la mínima unidad de manejo agronómico” para poder seleccionar y recomendar la variedad más adecuada a cada situación. En la Jornada de Actualización Técnica de DonMario 2019 se mostraron algunos de los promisorios resultados de esta iniciativa.
En lotes evaluados en la zona núcleo, dónde pueden identificarse diferentes ambientes por textura del suelo, posicionar diferencialmente variedades de soja posibilita hasta 400 kilos de incremento en el rinde medio. En el caso de lotes situados en Entre Ríos o en Uruguay, dónde los ambientes dentro de un lote pueden estar asociados a presencia o no de suelos calcáreos, elegir la variedad en forma sitio-específico puede incrementar hasta en un 50% el rendimiento del ambiente. A su vez, el manejo del sitio específico no sólo incluye la elección de la variedad, ya que el departamento de desarrollo de GDM está interesado en cuantificar pérdidas de rindes asociadas a mala calidad de la siembra.
Los resultados hallados, utilizando maquinaria de siembra precisa para mapear parámetros de calidad de siembra, muestran pérdidas de rendimiento asociadas a diferencias en distribución espacial y en variaciones temporales en la emergencia del cultivo de soja. Esto es consecuencia, no sólo de una deficiente implantación, sino de la calidad de la semilla. De esta manera, conocer las limitantes, su intensidad y su distribución dentro cada lote, permite elevar los rindes de la soja, cerrando las brechas de producción actuales y contribuyendo a lograr cultivos más productivos y rentables.